domingo, 4 de julio de 2010

El Mundial del D1Eg0 (y quien diga que no...)



1. A mi amigo Lucio le encantó que el D1Eg0 se fuera de Sudáfrica 2010. Vimos juntos el partido contra los griegos y Lucio se la pasaba renegando por las actitudes del D1Eg0, empezando por el terno que le instaron a vestir sus hijas. Yo me reía, porque para mí este ha sido el mundial de Maradona, ya no como jugador –ése fue el de México 86– sino como un DT que, fiel a su estilo, se limpia el poto con las imposiciones de la Fifa, los esquemas y las presuntas normas. Un irreverente total y rebelde a morir: ¡HERMOSO!
2. Un sesudo análisis post mortem de la agencia española EFE dice, entre otras cosas, que el D1Eg0 murió con sus ideas inmaculadas: “un equipo volcado en ataque, empeñado en buscar el área rival, dotado de muchos quilates ofensivos en detrimento de otras facetas del juego”. Joaquim Löw, estratega teutón, se percató que Argentina era “un equipo roto, que pensaba sólo en atacar sin preocuparse del resto. Leyó sus carencias y aplicó el manual a la perfección, llevó la batalla al centro del campo, maniató la zona de creación, anuló a Messi y aplicó la velocidad al ataque para poner en evidencia a la defensa”. Más adelante: “Ahora habrá que pensar si D1Eg0 es el mejor técnico posible para dirigir al equipo fuera del contexto de un Mundial. Ahí, Maradona demostró que se las sabe todas y puso al equipo como una moto en pos de la victoria”.
3. No entraré a especular acerca de si debe continuar al frente del seleccionado mayor de AFA, cuando el propio D1Eg0 pareció –en la conferencia de prensa postrera al partido con la Mannschaft– más proclive a irse del cargo y dejárselo para “el que venga, (quien) debería seguir el mismo camino”. Quizás respetarán el contrato que le liga hasta la Copa América 2011; quizás le dirán adiós o él cortará el nexo antes. Hay quien dice es la hora de Carlos Bianchi (otra vez). Esos son problemas de los argentinos.
4. A mí me interesa el D1Eg0 en Sudáfrica 2010. Ése que fue capturado por alguna de las miles de lentes detrás suyo arreglándose la bragueta en la casamata. El que se dio gustitos con la Jabulani en plenos partidos –no recuerdo haber visto a otro DT en el mundial haciéndolo, ni siquiera los que estaban con buzo y eran también (la mayoría, sino todos, lo son) ex jugadores–; el que lanzó imprecaciones sin desparpajo alguno cuando los panzers destrozaban a sus soldaditos; el que festejó como loco el gol del otro Loco (al que le dijo “andá y definilo”); el que hizo la de manual del DT y sacó al Pipita luego de su hattrick para que sea ovacionado; el que se dio gustos como no ir a la conferencia de prensa obligatoria para todos los entrenadores quedándose en Pretoria u obligando a que el desmantelamiento del centro de prensa en ese lugar se postergue un día, por cábala; el que se bajaba siempre primero del bus, cantando la misma tonadita, recibía un ejemplar del periódico del 30 de junio de 1986 con su foto alzando la copa, se persignaba al inicio de cada partido y tenía en todo momento en la mano izquierda envuelto un rosario. En fin, el que mostró a cabalidad TODA SU CANCHA, dentro y fuera de éstas, en Sudáfrica.
5. Sobre el D1Eg0 escribió, en El Fútbol a Sol y Sombra, Eduardo Galeano:
«Más tarde, en Buenos Aires, la televisión transmitió el segundo ajuste de cuentas: detención en vivo y en directo, como si fuera un partido, para deleite de quienes disfrutaron el espectáculo del rey desnudo que la policía se llevaba preso.
“Es un enfermo”, dijeron. Dijeron: “Está acabado”. El mesías convocado para redimir la maldición histórica de los italianos del sur había sido, también, el vengador de la derrota argentina en la guerra de las Malvinas, mediante un gol tramposo y otro gol fabuloso, que dejó a los ingleses girando como trompos durante algunos años; pero a la hora de la caída, el Pibe de Oro no fue más que un farsante pichicatero y puñetero. Maradona había traicionado a los niños y había deshonrado al deporte. Lo dieron por muerto. […]
Cuando Maradona fue, por fin, expulsado del Mundial del 94, las canchas de fútbol perdieron a su rebelde más clamoroso. Y también perdieron a un jugador fantástico. […]
En el frígido fútbol de fin de siglo, que exige ganar y prohíbe gozar, este hombre es uno de los pocos que demuestra que la fantasía puede también puede ser eficaz».

6. La fantasía de todo un país le hizo DT de la selección Albiceleste en octubre de 2008. Poca –ninguna, en realidad– experiencia previa: dos meses en Deportivo Mandiyú en 1994 (12 PJ: 1 PG, 6 PE y 5 PP) y cuatro en Racing de Avellaneda en 1995 (11 PJ: 2 PG, 6 PE y 3 PP). ¿Eficacia? Esa la dejamos para los análisis estadísticos u ociosidades parecidas como la decena de párrafos tratando de hallarle explicaciones a la eliminación argentina en la edición dominical de este 4 de julio de Olé.
7. Fácil es, además algo que nos gusta, hacer leña del árbol caído. Ángel Cappa, uno de los DT y escritores sobre fútbol que más respeto –aunque ahora esté en River Plate– no eligió ese camino y sólo dijo que Argentina en Cuartos no funcionó colectivamente. Y la verdad, como el D1Eg0 no es (aún) DT, la orquesta que intentó dirigir desentonó en todas las secciones. La de percusión tuvo a un tamborillero afortunado (Sergio Romero) que no pudo seguir los tremendos redobles wagnerianos. En la zona de instrumentos con T –trompas, trompetas, trombones y tubas– fueron torpes, tropezadores, tontos y timoratos (Martín Demichelis y Nicolás Otamendi los peores; Walter Samuel, uno de los de grandes pulmones que no llegó a las presentaciones estelares). El sector de vientos de madera –clarinetes, fagotes, contrafagotes, flautas, oboes– resultó uno de las más atiplados (Maxi Rodríguez, Javier Mascherano y Ángel Di María soplaron las mejores notas; Lionel Messi debe seguir buscando su boquilla). Y las cuerdas –violines, violas, violonchelos y contrabajos– fueron armónicas hasta que las pusieron en sus estuches y unos ejecutantes bávaros decidieron que no suenen más (Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín lo habían hecho casi de maravilla hasta ese momento).
8. En el almuerzo familiar mi tío, que en unos minutos se devuelve a Brasil, se alegraba también y me recordaba la anécdota que me contó de su viaje de venida. Un par de viajeros argentinos comentaban acerca del D1Eg0 y decía uno de ellos: “Que esté como DT está bien, pero si gana el campeonato va a ser más insoportable y soberbio que nunca”. Argentinos hablando de soberbia y de ser simpáticos, suena gracioso, ya sé –aunque ni todos son como se los pinta ni la pintura puede marcar a todos. Pero quizás sea una percepción que muchos ciudadanos del vecino país tenían o tienen sobre este enfant terrible del fútbol.
9. Podría poner un par de fragmentos del libro Yo soy EL D1EG0, pero prefiero más bien quedarme con una cita que extraje del documental Maradona by Kusturica, del asimismo genio cinematográfico bosnio Emir Kusturica: “¿Vos sabés que clase de jugador hubiera sido si no tomaba cocaína? ¡Mirá qué jugador que nos perdimos!”. Y es que así ha sido, es y será el D1Eg0. Mi amiga Darym Cris Antelo pone en su “fase-buk”: “TODA MI VIDA ADMIRÉ A DIEGO MARADONA... XQ POR SER HOMBRE... CON GLORIAS Y DERROTAS... Y AL QUE DIGA QUE NO LA PUTA QUE LO PARIÓ...!!!”. Amén.
10. Ahora lo crucifican de nuevo. Y lo van a matar de nuevo. Mas ya lo escribió María Elena Walsh y lo cantaba la Negra Sosa: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando… Cantando al sol como la cigarra… igual que sobreviviente que vuelve de la guerra”. Así volverá, para placer de quienes lo queremos por lo que nos regaló en la cancha y fuera de ella, el D1Eg0. Sólo es cosa de saber esperar. Y quien diga lo contrario, ya sabe.

FOTO: AFP GETTY IMAGES-ADAMS1995/FLICKR.COM.

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