
1. Alemania la tiene cuesta arriba. No es que la única selección africana que ha hecho un papel medianamente decoroso hasta ahora sea un rival imposible, pero los germanos deben primero vencer a sus propios fantasmas y salir a ganar como sea en Johannesburgo. Con el agregado, además, de no tener a Miroslav Klose (11), expulsado en su juego anterior.
2. El partido en Nelspruit parece inclinado ya con claridad a favor de Serbia. Salvo que ocurriese uno de esos raros milagros del fútbol, los de Australia sólo entrarán a corroborar que no son los mismos de cuatro años atrás y les falta todavía bastante como para estar en el mundial y ser tomados en cuenta. Los serbios deberían ganar y pasar tranquilos, incluso, con bastante fortuna, en el primero lugar.
3. Por una de esas casualidades que dan los sorteos previos de uniformes, la Mannschaft ingresa toda de negro y las Black Stars todas de blanco. Tan blanco como el marcador en la primera etapa, que se mantuvo sin apertura pese a los embates sobre uno y otro pórtico. En la segunda parte, a los 59 minutos, Mesut Oezil (8), el germano de origen turco que está encandilando al planeta, saca un furibundo remate desde fuera del área y manda la Jabulani al ángulo izquierdo del arco que defendía Richard Kingson (22). Y eso fue suficiente: ni los teutones pudieron hacer más, ni los ghaneses lograron descontar. Con ese resultado pasaban ambos y eso bastaba.
4. La sorpresa ocurrió en Mbombela Stadium, pero no les alcanzó a los Socceroos. Luego de una etapa inicial sin apertura de tanteador, a los 68 minutos Tim Cahill (4), quien volvía tras su expulsión en el segundo partido del grupo, de un cabezazo venció la resista de Vladimir Stojkovic (1). Cuatro minutos después, Brett Holman (14) sacó un misil con la derecha y volvió a perforar las redes serbias. Cuando el milagro parecía irse acercando, Marko Pantelic (9) aprovechó el único error del meta australiano Mark Schwarzer (1) y consiguió el descuento en el minuto 83. A los australianos, además de sus limitaciones naturales, les pasó factura la goleada en contra de la primera fecha.
5. Al igual que con el grupo dirimido en la mañana –y algún otro todavía pendiente de su fecha definitoria– están quienes se presumía deberían estar. Alemania no es todavía un dechado de virtudes y debería ir pensando, como su desempeño siga así, en hacerle un monumento o regalarle una villa a Oezil (mi amigo Ricardo Bajo va a putear con este apunte, pero tres décadas atrás Oezil ni haciendo milagros hubiera sido considerado siquiera en la Mannschaft; las películas de Rainer Werner Fassbinder dan buen testimonio de cómo se discriminaba a los turcos en la otrora República Federal de Alemania). Ghana consiguió lo que yo deseaba en la mañana: sacar la cara por el continente anfitrión, donde a las demás les ha ido como a babero de lactante. Desde ya espero los choques entre europeos –Alemania vs. Inglaterra– y entre los de dos continentes/países tan dispares como Estados Unidos y Ghana. Yo apoyaré a las Black Stars, of course.
FOTO: SOPITASCOM/FLICKR.COM
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